miércoles, 22 de diciembre de 2010

Recuerdos I

Consternado  mi recuerdo
se esconde asolapado en tu ventana
necia y moribunda mi palabra
se arrodilla en tu mirada.
Sobornando a tu hipocresía
va la mía, calando entre tus dioses
y esos dioses que ayer reinaron
hoy tiemblan de piedad ante ti.
Me asomo a tu recuerdo;
como si lo pudiese capturar a la fuerza
y mis pasos rechinando en esos los faroles
que van sangrando luz en las esquinas.
Como si nada, te ríes en mi mente
sin importar si hay llanto o penumbra
desgarrando mis sentidos
mi amor, la madre de mis días.
Esa carcajada nacida en el más tierno vistazo
que aún me arrebata la tranquilidad
y el derecho de seguir…
¿Qué derecho? Solo el tuyo, hoy, aquí.

martes, 14 de diciembre de 2010

Gracias por el pasado.

Y a veces me pregunto por qué.
Porque di un paso más o retrocedí en mi existencia.
¿Cuándo choqué contigo?
¿Cuándo te llegué a amar?
Sin fin, en fin… te amé como a nadie.
Y en cierto modo te extraño y extraño al extraño que te convertiste.
Sencillamente alguien ajeno, un vecino de al lado al cual amaba.
Y sé que tú también amabas a la palma de tu mano que yo fui.
Y fui como nunca lo que deseaste que fuese el amor de tu vida.
Y fuiste para mí el deseo del amor eterno.
Y de eterno tuvimos mucho, excepto el tiempo y la edad.
Cargamos con mucho y corrimos con alma: juntos.
Y si bien hoy el camino nos dio calles paralelas
un tiempo atrás fuimos una sola calle.
Una veredita de fina estampa envuelta de flores.
Donde nuestro amor fue del más puro.
Y si bien hoy nos callemos algunas ganas,
ya miramos al frente y sonreímos al pasado,
porque nuestro pasado nos hizo el presente
y el presente es el pasado del futuro.
Tú fuiste la vida en mi vida.
Mis ganas de luchar y la piedra de mi tropiezo,
la incertidumbre de mi amor y EL AMOR… eso fuiste.
Por eso no hay forma de agradecerte lo que me diste,
mas que con el seguro recuerdo tuyo en mi mente
y mis ganas de mirarte una vez mas y detener el reloj en ti.
Tú fuiste la vida en mi vida y no hay manera de agradecerte.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Te hallé ¿Cómo tan rápido?

Te encontré.
¿Cómo tan rápido? Tan solo ayer andaba escribiendo un mapa de como buscarte.
Tan solo ayer arranqué 20 páginas de un directorio perdido, para ver si con el dedo podía encontrar tu nombre.


Te hallé, y te encontrabas a la vuelta de la esquina, apoyadito en la pared. Tan cerquita mío que a un paso podía toparme con tu boca. Hallé tu sonrisa... me gusta mucho, parece que iluminara la noche y le quitara protagonismo a la luna, especialmente a los focos, animales que son muy envidiosos.. no te preocupes... quitaré todos los focos cuando vengas a verme.


Hallé tus ojos, como dos anclas grandes, fuertes, que van cayendo por el rabillo y suelen levantarse cuando me miras. Son marrones, tan marrones y profundos como un pozo repleto de algo más de lo que buscaba y lo que esperé.
Decidí escarbar en ellos. No fue facil. Mis ojos que son menos marrones que los tuyos, tuvieron que luchar un poquito con la apatía de tus cejas, no pensé que fueran tan celosas, pero al fin y al cabo lo logré, pude entrar en tu YO complicado y feliz.

Y no dejabas de gustarme, no dejabas de encontrarme, hallaste TU algo que hace muchos años perdí y sin problemas tuviste en tu mano una cursilería que palpita muy rapido cuanto te mira.
¡Pero vamos...! no quiere dejar de mirarte, quiere palpitar rapidito mucho tiempo, lo suficiente como para amarte y entregarte la vida en un sobre directo a tu casita.

Te hallé ¿Cómo tan rápido?
Tan solo ayer andaba escribiendo un mapa de como buscarte.
Tan solo ayer arranqué 20 páginas de un directorio perdido, para ver si con el dedo podía encontrar tu nombre....
Me gusta, me gusta tu nombre.


Gracias terrícolas, nos vemos prontísimo,